jueves, febrero 24

¡Tú otra vez!

Y... ¿qué puedo decir sobre ti? Desde que te conozco no puedo llegar a concentrarme; ya no pienso, bueno, tal vez sí... En ti.
Pero... ¿cómo reaccionar ante ti?, tal vez me verás como una simple niñita con ganas de hacer amistades. ¿Y cómo hago que cambies de opinión?, ¿cómo hago que mi voz deje de temblar cuando hablo contigo? ¿cómo evito la pena?... y la peor parte es que aún no sabes el secreto.
¿Cómo sacarte de mi mente?, sólo quiero una respuesta, sólo quiero saber. Prometo no fallar.
Pero, aunque lo sepa, aunque me haga daño, aunque simplemente sepa tus intenciones conmigo... no puedo dejar de pensarlo.
Sí, ya sé que soy muy terca. Ya sé que posiblemente nunca pasará. Ya sé que me crees una niña más, una amiga más, o tal vez, simplemente, la amiga que siempre está ahí.
¿Qué más da?, ¿qué importa si pasa o no pasa algo contigo?, ¿qué importa si sólo escribo sobre ti?

Es imposible no comportarme como una tonta en frente tuyo, que me suden las manos y ponerme tensa. Nervios... malditos nervios.
Es que sólo hay una pregunta, tal vez dos... bueno, tal vez muchas:
¿cómo pasó, cuando y por qué?
¿por qué tú? ¿por qué alguien muchísimo mayor?
¿por qué yo, por qué tú, por qué hoy?
¿por qué me pongo tan nerviosa? ¿por qué tú sólo me ves como una amiga?
¿Por qué Michelle Contreras?


Un montón de preguntas se le asoman a mi cabeza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario