2 meses y todavía sigo pensando en ti.
2 meses y aún tengo esa rara sensación cuando me hablas.
2 meses pensando en lo que hice.
2 meses pensando en qué pasó.
2 meses dejándome llevar por los recuerdos.
2 meses reviviendo lo que ya murió.
2 meses con ese instinto de embarazada gracias a mi ansiedad.
2 meses pensando en lo que pudo haber pasado.
2 meses para recapacitar.
2 meses para cambiar, ¿o para ser yo misma?
Ahora no son afirmaciones, son preguntas. Que buena forma de saber que estoy confundida.
¿Qué pasó?
¿Qué hubiera pasado?
¿Y si no hubiéramos actuado así?
¿Todo hubiera terminado bien?, ¿o ésta fue la mejor forma de terminar?
Posiblemente aún tengo esa forma de pensar, como una niña.
Para mi es algo bastante obvio ahora que lo pienso.
Aún tengo juguetes en mi cuarto, aún lloro cuando no me dan lo que quiero, aún tengo pensamientos de que el amor apesta, aún tengo mis dibujos y cartas a Santa pegadas en la pared. Creo que son suficientes pruebas para decirlo. Aún no he madurado como para enamorarme, y creo que nunca maduraré de ésa manera.
Tal vez es que eras demasiado para mí, aunque no lo creo.
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