Pensar que las cosas van casa vez poniéndose más grises, más oscuras, más fuertes. Eso me da miedo, me da miedo no poder suponer por que todo que no sea lo que siento es ser demasiado falto de realidad.
Son esos momentos en los que lloras y por más que llores no sirve de nada, nada más que para inspirarse. No saber qué pasa, pero saber que no está bien, no saber qué sentir pero aunque no se sepa uno ya lo tiene como costumbre.
Ver cosas que nunca antes habían pasado, tener que digerirlas para terminar aquí, sola. Sin nadie que me entienda. La parte más difícil.
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