martes, noviembre 9

Tú.

¿Cómo puedes ayudar a alguien cuando está fuera de control?, ¿cómo vivir sin pensar que algo está mal?, ¿cómo saber cuando va a aparecer eso que derrumba tu seguridad y te hará daño?
Aún sigo presa de mis miedos y no sé cuando voy a poder liberarme de ellos, soy fuerte. Pero no sé si lo suficiente como para simplemente escapar de ellos.
No es lo mismo que seas una de las personas que más quieras a que por miedo a perderte me derrumbe completamente.
No es lo mismo que te quiera como a nadie a que cada vez que me amenaces llore como un bebé.
No, no quiero ver otro vez mis lagrimas en el espejo. No quiero que me lastimes, pero si no me lastimas tú te lastimo yo.
No entiendo por que hay cosas que simplemente le pasan al que menos las merece.
Ver la realidad no me gusta. Tal vez por que no es como de niña me logré imaginar. Pero los diarios no se hacen realidad. Y crecer y madurar ya se hace un acto de tu subconsciente.
Tal vez mil promesas de que siempre sería una niña hacen hoy esté así.
Es como amar y hacerte daño al mismo tiempo, pero es una tarea que en todo sentido te gusta hacer.
Es difícil de explicar en palabras lo mucho que te extraño.
Extrañar la normalidad y la monotonía diaria. Sabes, lo de siempre.
Tener esa rutina de decirme: "Te amo" o "Te quiero" esa era una de tus mentiras favoritas.
Ahora que no estás extraño que te hayas ido sin haberme dado cuenta de que en mis momentos de ira lo pedía.
Ahora, lo único que pido es que vuelvas.

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