Este es uno de los momentos en los que piensas, te preguntas cosas como: ¿quién eres tú?, ¿qué intentas ser?, ¿tienes sueños?, ¿cómo crees en la gente que te miente?... ¿cómo te mientes a ti misma, acaso no te duele?
Esos momentos en los que tú misma te pisoteas los pensamientos y llegas a lastimarte sin darte cuenta con una verdad que ves sólo tú, y nadie más.
En esos momentos en los que te rompes a la mitad buscando una solución de un problema que no es tuyo por que sencillamente, no quieres afrontar los tuyos.
Tienes miedo a esa realidad tuya que hay afuera, sí. Esa que está en la boca de las personas. Que corre y daña.
Tienes miedo de no saber quien eres realmente, o tal vez tener miedo a no tener una personalidad... ¿cómo le dicen?, ¿propia?
No es fácil decir que a pesar de que estés llena de amigos y hasta llega un momento en el que dices: "tengo suficientes falsos amigos y enemigos, no necesito a más falsos a mi alrededor"
Nunca me dijeron que la adolescencia sería fácil, y menos aún si no sabes ni siquiera quien eres. Es muy confuso saber que te hace una persona, lo que te hace sentir viva. O simplemente no ignorada.
Expresarse es más fácil cuando sabes que muchas de las personas que te leen no te conocen, ni saben quien eres.
Tal vez. Tal vez si existan los amigos de verdad. Pero eso aún no se ha comprabado científicamente, just say.
Volver a ver la realidad a través de una ventana es tan duro. O simplemente escuchar los gritos que tu cabeza repite. Ver tus paredes y simplemente no saber que hacer. Algo parecido a eso. Es un sentimiento, duro.
En especial si eres tan dramático como yo, creo.
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