Puedo ser tan bueno como malo el tener marcas, porque pueden ser cualquier clase de cosas, desde un temor hasta una biografía que marcó tu vida. Todo vale.
Miedos. Al hablar de miedo, me da miedo. Sé que si confío en mí misma no tengo porque tenerlo, pero, nunca está de más plantearse la peor situación. Para que cuando venga, sepamos qué hacer. Es una forma de auto-protegerse. Es sólo una forma de no entrar en pánico.
Muchas personas me han dicho repetidas veces que tengo que empezar a confiar en mí misma. Porque sin confianza no hay certeza de lograr cualquier meta, y si no confío en lo que sueño, ¿de qué sirve hacerlo?El futuro, creo que es una de las cosas que me aterra y al mismo tiempo es una de las cosas por las que más siento curiosidad.
Hay veces que, de sólo pensarlo, puedo llorar por horas y horas. Hay veces que sonrío y me repito a mí misma que no tengo que preocuparme
Otro de mis granes miedos es decepcionar a la gente que me rodea. No me gusta fallar. No es por no asumir mis errores, sino que no quiero que pase lo malo para corregirlo. Ojalá fuese fácil no equivocarse.
La presión está sobre ti. Exigirse es ley. Superarse es la prueba, y hay que pasarla.
No sé qué hago hablando de mis mayores miedos, si al momento de ponerme a prueba todos son del mismo tamaño, y te opacan de la misma manera.
No sé qué pensar. No sé qué hacer. La de desesperación nunca había llegado a tales niveles.
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