Hace un tiempo conocí a una persona, una de esas personas que son imposibles de olvidar, de las que dan los mejores consejos. Una vez me dijo: "El día que un hombre coma tierra de tu mano, sabrás que es el indicado". Desde el día que me lo dijo, he estado pensando y razonando, y más allá de eso, buscando.
Después de buscar tanto quién comería tierra de mi mano, se puede decir que lo encontré.
Es el simple hecho de que te quedes conmigo cuando estoy enferma. Que cuando sienta que todo se me está viniendo encima, tú estés ahí para darme fuerza y hacerme seguir.
Gracias por todo, por to confianza y tu cariño, que aún estando en el día más frío, tu calido recuerdo me mantiene.
Gracias por este mes y nueve días. Gracias por ser tú y nadie más.
Gracias por entenderme.
Gracias por todo lo que haces por mí.
Te adoro.
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